Padres y madres sorprendidos porque vuestros niños que, en plena calle o en la cola del supermercado, de repente se ponen a llorar y chillar como sopranos o se tiran al suelo, y sólo tenéis unos segundos para analizar: qué pasa, si se han hecho daño, qué dicen, cuánta gente os mira, si estáis molestando, pero sobre todo ¿qué hacemos para que paren?
Tranquilos, todos los padres hemos pasado por eso. El 80% de los niños entre 2 y 4 años tienen pataletas, es por tanto, una conducta normal en los niños de esa edad (no la conducta preferida por los padres, pero si habitual), forma parte de su crecimiento personal y no lo podéis evitar. Sólo podéis intentar sobrevivir a esta etapa, es un paso más de la aventura de la pa/maternidad.
Los berrinches son su forma de expresar: rabia, pena o frustración. Los niños de esa edad no tienen adquirido un lenguaje suficientemente elaborado para expresar sentimientos complejos, no te imaginas a tu hijo diciéndote:» mami, te he echado de menos todo el día, en lugar de recoger mis juguetes sólo quiero que me abraces y estemos juntos, estoy cansado, sólo quiero tus mimos.» Entendéis a lo que me refiero? A nuestro hijo de 2 años cuando le decimos que guarde sus juegos, responde con los recursos que ya sabe utilizar: su cuerpo. Recurrirá a: llantos, patadas, golpes, tirarse del pelo, gritos…
Entonces, como padres, qué hacemos? pues… sobrevivir a los berrinches.
Estos son unos consejos para lograrlo:
- Mantén la calma, es fácil decirlo, pero cuando tu hijo te saca los colores y te hace pasar un mal rato, recuerda: respira hondo y no sientas vergüenza, no eres un mal padre/ madre sino la madre o padre de un niño pequeño (además gritar o enfadarse sólo hará que la pataleta dure más tiempo).
- Detente donde estés, no lo saques a rastras, debes dejar que se desahogue.
- Acompáñale, ponte a su altura, busca su mirada sin tocarlo y no le des un discurso (en ese momento no escucha).
- Cuando empiece a bajar la intensidad del berrinche probar a buscar un lugar más tranquilo (también para que otros adultos no interfieran » pobrecito…, déjalo…,porque no…)
- Ya calmado, abrazarlo y explicar que entiendes su enfado pero, no cambies las reglas (si le has dicho que era hora de irse del parque y respondió con una pataleta, sigue siendo hora de irse. cuando se le pase, hemos de intentar que no crea que los berrinches son una herramienta útil para conseguir lo que quiere.) ofrecele una alternativa ( la mayoria de los niños olvidan muy pronto la causa del berrinche).
En resumen: paciencia y empatía.
Esperamos que os ayude.